sábado, 28 de agosto de 2010

"Un día vi un viejo soldado vestido de uniforme y lo maté"

Son las 4 de la mañana de una noche que comenzó a las 3.30.
La chica que confunde todas las letras con deltas trata de digerir la hiperactiva y fruiticida manzana que se comió al plátano que la guiaba por un camino real. Sendero que lleva a la casa que se esnifa todas las mañanas un huevo gafonarizudo para desayunar.

360 grados... ¡Retratados!








Abundantes ingestas de comida a modo de acopio de víveres para afrontar la tarde me llevan a escuchar música digestiva, como si de un helado de sorbete de limón se tratara.
Abrigado, únicamente, por el húmedo calor de unas zapatillas pedorras de cuero (ideales para pies planos), comienzo la aventura:
Bajo la calle, giro a la derecha, se acabó la aventura.
Historia aburrida y corta para una última vida poco rentable.













¿Y los rabolleva? ¿Se han extinguido ya?


No hay comentarios:

Publicar un comentario