sábado, 6 de marzo de 2010

"El marfil es fosforescente dentro de la boca adecuada"

La complicación de comunicarte con alguien mediante signos a través del parabrisas ultrareflectante de su coche es, únicamente, comparable a la brisa que te golpea en la sonrisa cuando sales del cine con cada uno de tus pelos cambiados de sitio.

¿Mejor o peor? Ni punto de comparación.


Aunque no hayan actuado, pido un Oscar para los cómplices, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario