Hoy por la mañana no hubo porrito de marihuana, sino entes faltos de higiene, de facultades para la interacción social y faltos, también, de decencia personal.
Miro, huelo y escondo mi nariz en el móvil. Escribo, se me queda trabado el dedo bajo una tecla y me doy cuenta de que me hace falta un moleskine.
Personas con el móvil en inglés para no perderlo (no el móvil) y otras que prefieren ponerlo en italiano para no perder sus facultades de caballero. Todo para acabar insinuándose a un camión pasando un palo de billar por sus piernas manchando así, de azul, sus vergüenzas.
Miro, huelo y escondo mi nariz en el móvil. Escribo, se me queda trabado el dedo bajo una tecla y me doy cuenta de que me hace falta un moleskine.
Personas con el móvil en inglés para no perderlo (no el móvil) y otras que prefieren ponerlo en italiano para no perder sus facultades de caballero. Todo para acabar insinuándose a un camión pasando un palo de billar por sus piernas manchando así, de azul, sus vergüenzas.
La inspiración ya no es el aroma que desprende una goma.
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