domingo, 28 de febrero de 2010

"Científicos estadounidenses descubren que, si tragas un chicle, tus gases huelen a menta"

Soy un mirador. Un apoyabrazos de carne y hueso y camiseta a rayas sobre una barandilla de madera al borde de un barranco. Apoyabrazos con almohada incorporada en la que posar la cabeza para ver el paisaje por el hueco que queda libre entre mi oreja y mi cabeza.



Una mochila portadora de películas sin ver contempla la escena, impasible, desde el suelo a tan solo un par de medios metros de distancia. Las lentes cuelgan del bolsillo cual Steven Seagal tras saltar de un tren y se balancean con toda la seguridad que mis pasos pueden llegar a trasmitirle mientras un dedo sincero recorre el bigote inferior en busca de una complicidad más que ganada.


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